Los radiadores son equipos muy útiles, ya que ayudan a controlar la temperatura durante periodos de frío, sin embargo, las juntas pueden resquebrajarse al estar sometidas a cambios de temperatura bruscos, los cuales se dan cuando el radiador se prende y se apaga durante la temporada de frío, por lo que se pueden generar fallas.
Resumen
ToggleLos radiadores
Estos son elementos funcionales que utilizan agua en su interior, la cual se calienta y permite distribuir la temperatura adquirida de manera homogénea, al mismo tiempo, el metal no llega a puntos extremos de calor, por lo que, aunque puede resultar peligroso, su temperatura no hace tanto daño como se pudiese esperar.
El problema de estos equipos, sin importar si son eléctricos o no, es que sus juntas son puntos de dilatación, los cuales son susceptibles a los constantes cambios de temperatura, y al ser gomas flexibles estas pueden dañarse con el paso del tiempo, generando así una fuga de agua, la cual se elaboraría a causa del calor a la que se somete, dejando el radiador sin el líquido necesario para funcionar.
Cuando los radiadores no poseen agua en su interior estos simplemente dejan de irradiar calor, ya que la temperatura no se ve controlada por el líquido, y termina dañando el sistema de generación de calor, o simplemente no tiene forma de distribuir el mismo.
El problema de las fugas en los radiadores es que se notan cuando ya es invierno y se vuelve necesario calentar los hogares, lo que obliga a pagar alta sumas por una reparación inmediata, o esperar algunos días mientras se está pasando frio para que alguien puede presentarse en casa, realizar el diagnóstico, y hacer las reparaciones pertinentes.
Cómo cambiar las juntas
El cambio de las juntas de los radiadores es un trabajo que puede hacerse fácilmente, sin embargo se necesitan algunas herramientas para realizarlo, así como tener las piezas correctas. De preferencia estos deben ser verificados antes del invierno para determinar el estado en el que están, y así facilitar la reparación al eliminar el factor del frío de invierno.
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Eliminar el agua interna
Para poder realizar la sustitución, es necesario que dentro del sistema del radiador no haya agua, ya que esta solo será una molestia mientras se trabaja. Una vez que esto sea realizado, se pueden tomar la llave inglesa, un rollo de teflón, o las nuevas juntas en caso de que se utilicen las tradicionales en forma de arandela.
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Tapón por tapón
Los radiadores suelen tener 4 tapones en ellos, los cuales son puntos para poder ver su interior, así como para poder verter un poco más de agua en ellos si es necesario. Estos tapones deben ser removidos cuidadosamente para poder tener acceso a la junta. Si la junta es de cartón o goma, esta puede ser cambiada por otra similar, dicho proceso se debe hacer para cada tapón.
En caso de que la junta no sea de goma sino una tira de teflón, se debe eliminar el teflón viejo y sustituirlo por unas capas nuevas. Dichas capas deben tener un poco más del grosor del teflón eliminado, lo que ofrece un buen sello al cerrar otra vez la abertura.
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Verificar las roscas
Ya que se retiraron los tapones, las roscas pudieron haberse visto afectadas por la fuerza realizada para desenroscar, por lo que se recomienda revisar las mismas antes de colocar los tapones nuevamente.
Este momento se puede aprovechar para retirar los posibles rastros de esmalte en las mismas roscas. Para hacer esto se toma un cuchillo con punta fina, y se desliza por toda la rosca, eso le hará una limpieza y se podrá colocar de nuevo el tapón.
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Cambio de tapones
En caso de que el problema no sean las juntas sino los tapones en sí, ya que estos también pueden estar rotos, lo mejor que se puede hacer es cambiar el tapón por uno igual, los cuales se suelen conseguir en ferreterías a un bajo precio. Al mismo tiempo, las juntas han de ser cambiadas, ya que el problema puede ser conjunto.
Mantenimiento oportuno
Para evitar pasar frío en invierno, lo más recomendable es mejorar la instalación de calefacción del hogar, o en su defecto, asegurarse de que el radiador, o los radiadores de una casa estén en buenas condiciones antes de ser puestos a trabajar. De esta forma se tiene la certeza de que el sistema funcionará de forma correcta cuando sea necesario.
Muchas veces estas reparaciones son dejadas de lado, o dejan de ser una prioridad, ya que según sea la estación, surgen nuevas averías en las casas que deben ser atendidas con mayor prisa, lo que termina generando incomodidad al fin de año, momento en el cual lo que en realidad se desea dentro de un hogar en tranquilidad y comodidad.