El aceite de baño es un cosmético excepcionalmente relajante que posee un olor a lavanda muy agradable y aún su característico tono malva. Es ideal para tomar un relajante baño y liberar la tensión. ¿Te gustaría saber cómo preparar en tu casa este aceite de baño? Entonces lee muy bien este artículo y verás lo que tienes que hacer.
Resumen
ToggleLa hora del baño
Un buen baño quita el estrés y estimula al cuerpo a relajarse, calmando la tensión muscular y el dolor articular, al tiempo que incentiva la circulación de la sangre y hace que se abran los poros para que el cuerpo se limpie profundamente. ¡Ciertamente el baño tiene muchas propiedades terapéuticas!…
Antiguamente ¿Qué significaba tomar un baño? Para las civilizaciones del sur de Europa y el medio oriente, bañarse tenía implicaciones más religiosas y sociales que el simple deseo o necesidad de asearse. En Babilonia, la familia real, los nobles y hasta una parte de los pobladores comunes practicaban el baño público en amplios y lujosos salones, a modo de ritual purificador. En Creta, cuna de la civilización minoica, se han encontrado tinas que datan de hace 3700 años. Y se parecen mucho a las bañeras clásicas de principios del siglo XX.
La medicina y la magia tuvieron una gran influencia en la necesidad de tomar baños. Se convirtió en todo un signo de purificación y hasta se le otorgó un cariz religioso, al punto de que en la Grecia clásica se bañaba a las estatuas que representaban a los dioses del Olimpo. De este cariz religioso vino la tradición entre algunos de los pueblos primigenios en la cual la doncella a desposarse se bañara en una fuente preparada para las purificaciones a fin de recibir el agua que le permitiría ser fértil luego de su unión matrimonial; igual significado presentaban los baños lustrales la época del Imperio Romano.
Bañarse era recomendado para eliminar las enfermedades en el cuerpo y en el alma. Era también el remedio apropiado para combatir la depresión y otras enfermedades similares.
¿Qué es un aceite de baño?
Un aceite de baño es eso: una sustancia oleosa que usas para aplicarla en tu cuerpo durante la hora de tu aseo personal. Ni más ni menos.
El aceite de baño es un auxiliar para relajarse, en virtud de su envolvente y suave textura. Al mismo tiempo, nutre profundamente la piel durante este instante de relajación. Constituye también un medio para hidratar el cuerpo masivamente y se le considera el nuevo gel con beneficios que cualquiera puede aprovechar.
Asimismo, es una alternativa para tomar baños relajantes, tras una ardua jornada laboral. Por ello no dudes en llenar tu bañera con agua tibia y verter un poco del aceite de tu preferencia. El óleo se mantendrá en la superficie, adhiriéndose de forma sutil a la piel.
Usar este cosmético oleoso a la hora de entrar a la tina es una buena idea para lograr un clima más relajado en el que puedas alejarte de los problemas al menos por un momento. Su asombroso olor te envuelve y hace que te sientas con energías renovadas, algo que sin lugar a dudas se aconseja por completo.
¿Qué elementos necesitas para elaborar tu propio aceite de baño?
57 ml de agua desmineralizada, 57 ml de aceite de almendras, 2 gotas de tinte color malva, 4 gotas de aceite esencial de lavanda, 1 cilindro u ovillo de rafia de colores y recipientes para procesar y almacenar el aceite.
¿Cuáles son los pasos que debes seguir para elaborar en casa tu aceite de baño?
Mezcla el aceite de almendras con las gotas de aceite esencial de lavanda y ponlos aparte en un frasco. En otro frasco agrega el agua desmineralizada junto con las gotas del colorante, mezclando ambos ingredientes muy bien para que queden totalmente integrados. Pon en otro frasco el agua combinada con las gotas y agrégale la primera mezcla que habías reservado previamente.
¡Muy fácil! Elaborar tu propio aceite de baño es así de sencillo.
Para que el recipiente contentivo de la mezcla luzca más vistoso, ponle rafia de colores de manera que lo envuelva o bien colócale una calcomanía identificativa. Cuando vayas a utilizar tu aceite de baño hecho en casa, llena la tina y viértelo en ella en cantidad equivalente a 1/5 de la totalidad del agua que hayas utilizado para llenar tu tina. En caso de que tengas piel grasa, agrega menos aceite, en tanto que si tu piel es más bien seca, puedes añadir un poco más, pues te caerá excelentemente. Si llegas a utilizar este aceite de baño doméstico 1 vez por semana, comprobarás el mejoramiento que mostrará tu piel y, por añadidura, disfrutarás de unos minutos de relajación, que nunca están de más.